martes, 21 de febrero de 2023

La medicina del deporte y las lesiones


Dedicarse a la medicina del deporte es una manera de vivir, por cómo entiendes la medicina, por cómo  la adaptas a tus pacientes, por lo que prescribes como tratamiento: actividad física, ejercicio o deporte, pero además, por cómo das una mala noticia a tus deportistas.

La esencia de nuestra especialidad es la valoración global de la persona: cuerpo y mente; la adecuación en función de los hallazgos constitucionales y fisiológicos es una parte muy importante, pero también lo es el estímulo de placer que produce realizarlo, conseguir objetivos, compartirlos con tus compañeros...todo eso forma parte de la medicina del deporte.

Pero si hay algo a lo que jamás nos preparan ni en la universidad ni en la especialidad, es la manera de encajar e informar a nuestros pacientes, la existencia de una lesión grave.

Hace poco alguien me decía: esta es la parte más dura de tu trabajo...no se equivocaba.

En la medicina actual se ha perdido en muchas ocasiones la empatía por la falta de tiempo, las listas de espera, la digitalización...pero la medicina del deporte mantiene aun la esencia de la proximidad, de vivir los logros y triunfos de los pacientes, muchos de ellos practicantes de actividad física amateur, algunos de ellos incluso profesionales.

Esa empatía provoca que cuando ellos caen, por dentro, durante un tiempo impredecible, también caes tú. Lo primero que te viene a la cabeza siempre es: por qué? se pudo evitar? y entre esas preguntas la mente se queda en blanco, se bloquea para dedicar exclusivamente unos segundos a entender el mecanismo, las probabilidades de que se trate de una lesión grave, tiempo de reposo deportivo, posibilidades de tratamiento.

Pero hay que levantarse, cuesta reponerse porque sabes lo que puede haber detrás de esa lesión: horas, semanas, meses de recuperación e incluso cirugías, pero no podemos perder el objetivo final: recuperarlos para que vuelvan a disfrutar de aquello que les hace disfrutar, reír ...y a veces sufrir.

Y llega el momento de comunicarlo y explicarlo, siempre es difícil, da igual las veces que lo hayas hecho, da igual las diferentes lesiones que sean, no es fácil y nunca es agradable, pero forma parte de nuestro trabajo, y la experiencia sí que te enseña a enfocarlo de una manera constructiva, a transmitir seguridad y calma y sobre todo, a estar ahí ... en el momento, a la semana, al mes o al año...a estar siempre ahí, a acompañar durante y después del tratamiento, así es como yo entiendo mi trabajo.

Pasión? mucha

Dedicación? absoluta

Implicación? toda

Responsabilidad? en ocasiones, demasiada