jueves, 17 de octubre de 2019

Mente sana - cuerpo activo



Existen diversos estudios que confirman que la actividad física mejora la actividad cerebral, ya sea en niños
como en la 3º edad.
La  actividad física regular es considerada como un factor de prevención de problemas cognitivos ya que:
-Refuerza el paquete neuro-vascular
-Previene el envejecimiento fisiológico: la mejora en la oxigenación del cerebro al realizar una práctica.
física regular produce un efecto  en las personas mayores a nivel de la capacidad de reacción, de la memoria,
del razonamiento.
- Produce resistencia a la enfermedad de Alzheimer.
- Ayuda a la protección contra lesiones cerebrales.
Otros efectos beneficiosos de la actividad física son:
- La mejora de la coordinación.
- Aumento de la capacidad de aprendizaje (está comprobado que los niños que realizan un deporte de manera
rutinaria obtienen mejores resultados académicos además de preservar sus habilidades mentales, que con la
edad tienden a disminuir).
- Mejora en la concentración.
- Mejora o evita los procesos de bajo estado de ánimo (sobre todo  la depresión) ya que al realizar actividad
física se segregan una serie de sustancias que normalmente se hallan más bajas en estos estados de ánimo.
-Mejora la percepción del estado físico.
- Disminuye el estrés, siendo el deporte la válvula de escape en muchas ocasiones ante períodos de estrés
continuado en el ámbito personal o profesional.
Se recomienda realizar ,tres veces por semana al menos 45’, actividades que aporten una tonificación muscular
mantenida, por ejemplo, el simple hecho de ir a caminar entre amigos puede contribuir a que nuestras conexiones
neuronales se hallen en buen estado físico.
Además lo más efectivo para tener un cerebro sano es ser fiel a un estilo de vida saludable y completo incluyendo
en él:
* deporte
* ejercicio cerebral para entrenar las capacidades cognitivas
* adecuada nutrición
* control del estrés
La actividad física nos influye en la manera de pensar, de reaccionar, de decidir y de sentir. Cuando tras un periodo
largo de haber realizado una actividad física regular por algún motivo tenemos que dejar de hacerlo, notamos
como el estado de ánimo cambia, la capacidad de concentración disminuye, incluso, en niños se puede llegar a
comprobar una bajada en el rendimiento escolar.
Cada vez más,  creemos que cuando no hay tiempo para poder acabar una tarea determinada o el día se complica
con una serie de nuevos eventos con los que no contabas, eliminar o reducir nuestro momento de actividad física
es la solución. Estamos equivocados, el cansancio físico no es igual al cansancio emocional o psíquico.
Nuestro momento de actividad física tiene que estar presente para poder activarnos de manera más productiva,
además nos implica mayor disciplina que aplicaremos de manera no consciente al resto de nuestra vida.
El deporte es la batería de nuestra mente, nuestras conexiones; no dejemos de practicarlo: solos, con amigos, en
equipo o individual, ya sea subiendo escaleras, caminando, corriendo, bailando o realizándolo en actividades
grupales.

Con ello contribuiremos a mantener un buen estado físico mental que actuará de manera preventiva a lo largo de
la vida.